Un hogar, un techo. Este debe ser el centro de las políticas estatales para poder hablar de disminución de pobreza. El 80% de los trabajadores asalariados no tienen condiciones mínimas que les permitan acceder a una vivienda, a pesar de que el Gobierno da facilidades a constructores privados para desarrollar proyectos habitacionales de bajo costo.
Durante una visita a LISTÍN DIARIO, los representantes del Observatorio de Derecho a la Ciudad, Rafael Jovine y Hanna Claeson Moreno explicaron que las personas asalariadas y quienes perciben bajos ingresos enfrentan barreras que impeden su efectivo acceso a la vivienda, a pesar del uso de la figura del fideicomiso y los sacrificios tributarios que hace el Gobierno.
Explica Rafael Jovine que análisis realizados por el Observatorio (organismo de Ciudad Alternativa), demuestran que con los salarios promedios que perciben las y los trabajadores, es imposible la adquisición de viviendas, sobre todo por los requisitos que se exigen.
Indicó que el sistema de fideicomiso contempla que para lograr un préstamo hipotecario, el trabajador debe tener un ahorro programado del 10% del total de la vivienda y se debe asegurar de que las cuotas mensuales no sobrepasen el 30% de su ingreso mensual. Las viviendas de bajo costo tienen un tope de RD$2.4 millones.
Jovine expresó que los salarios que perciben los trabajadores no les permite crear un ahorro inicial que les permita acceder a la vivienda, porque su economía se desarrolla en un permanente déficit de sostenibilidad. “A las personas asalariadas se les hace imposible reunir RD$200,000, RD$150,000 y hasta RD$100.000 para adquirir su techo, pero es peor, sus sueldos no califican para garantizar las cuotas mensuales del préstamo hipotecario” apuntó.
Agrega que el Reglamento General para las Cuentas de Ahorro Programado para la Adquisición de Viviendas de Bajo Costo, establece como requisitos: Ser asalariado, contribuyente del Sistema Dominicano de Pensiones y que los ingresos del sujeto de crédito o núcleo familiar sean de por lo menos tres (3) salarios mínimos cotizables, según el criterio del Sistema Dominicano de la Seguridad Social (RD$8,645.00).
“El 80% de la clase asalariada del sector formal está por debajo de estos requisitos y el 60% pertenece al informal, o sea, que no aplica para el fideicomiso” insistió.
Según consta en el quinto boletin del Observatorio de Derecho a la Ciudad, los préstamos hipotecarios que ofrecen las entidades financieras están dirigidas a familias de clase media y alta, que tienen historial crediticio y capacidad de pago. Sólo el 2.94% de familias del país cuenta con préstamos de viviendas.
Claeson Moreno explicó que además de las barreras que tienen los más pobres para tener una casa, estos no cuentan con mecanismos institucionales que les permitan debatir e incidir para la elaboración e implementación de políticas públicas sostenibles que correspondan a sus necesidades.
Apuntó que la población no siente acciones significativas del Gobierno para reducir el déficit habitacional, sobre todo en los sectores más empobrecidos. Dice que son la clase media y el sector inmobiliario y financiero los grandes beneficiarios de las decisiones estatales en materia de construcción de vivienda.
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BARRIOS CERCANOS AL OZAMA VIVEN PEOR
El Observatorio, en su quinto boletín plantea que si el déficit nacional presenta cifras exorbitantes, el escenario es más precario para los barrios que se sitúan en la cuenca baja del rio Ozama, que pertenecen al Distrito Nacional, los cuales presentan un déficit habitacional cualitativo (con deficiencias recuperables) por encima del 50% y en lo cuantitativo un 30%. Indica que existen una 15,406 vivienda en situación recuperable y una necesidad de 10,720 viviendas nuevas. Los representantes del Observatorio, Rafael Jovine y Hanna Claeson sostienen que el Gobierno debe aportar a mejorar las condiciones de los que menos pueden.
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