Las plantas de Punta Catalina necesitarán 80,000 toneladas de carbón cada 20 días, una necesidad para funcionamiento que será suplida por acuerdos internacionales que necesitan de una licitación pública internacional.
Las opciones de contratación del carbón oscilan entre Estados Unidos, Canadá o Colombia. “Hay bastantes países interesados en ser los suplidores, veremos cuál trae la mejor oferta porque el carbón trae una calidad para cumplir con el respeto al medio ambiente”, dice Rubén Jiménez Bichara, presidente de la Corporación de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE).
La demanda sería cubierta con una licitación internacional, que de acuerdo a las autoridades de la CDEEE ha entrado en la fase final de la elaboración de las bases para el concurso internacional.
La idea que tiene Jiménez Bichara es que las instalaciones de Punta Catalina entren al balance de cero emisiones de dióxido de carbono, a través de la compensación de la siembra de 1,500,000 unidades de árboles de caoba. La siembra será en el entorno del proyecto que les daría la equivalencia cero emisiones.
“Ese es nuestro mayor punto de presión y de compromiso”, señala el presidente de la CDEEE.
Punta Catalina es un proyecto antiguo en los planes del Estado dominicano, que ha desatado las críticas y movilizaciones de sectores de la vida nacional por los daños medioambientales que podría causar al país. Es una preocupación innecesaria, señala el presidente de la CDEEE, que también se queja de que los críticos del proyecto no hayan presentado alternativas.
La queja de sectores medioambientales es que en la tendencia en todo el mundo es propiciar la generación de energía renovable, alejada de las prácticas convencionales. La contratación para la importación del carbón mineral debe responder a serios estándares de calidad, señala Jiménez Bichara, para garantizar tanto el funcionamiento de las plantas como la mínima emisión de dióxido de carbono.
Una de las preguntas que surge a raíz de la instalación de las plantas es si el precio de la tarifa eléctrica bajaría cuando entren en operación las terminales de Punta Catalina.
Jiménez Bichara sostiene que el costo de la energía es una formula, no un número simple. “Se trabaja en un procedimiento como las gasolinas”, señala, para que la tarifa pueda moverse en función de los indicadores que conforman “esa fórmula”.
“Estoy plenamente de acuerdo en que para el caso de la energía podamos hacer lo mismo. Y pienso que las condiciones son cada vez más favorables para eso. Esto está vinculado totalmente al tema del subsidio”, dice.
La búsqueda que tienen es para lograr un procedimiento que de forma automática fije los precios de la tarifa, de la misma forma como pasa con la fijación del coste de las gasolinas. Ese tema de la tarifa es un tema de la Superintendencia de Electricidad, pero la CDEEE dice estar en disponibilidad de prestar sus técnicos para encontrar la mejor de las salidas posibles.
Algo que intenta rescatar Jiménez Bichara en la conversación es en la reducción del subsidio eléctrico, que en un momento llegó al histórico de US$2,000 millones de dólares, y que para este año se tiene proyectado que represente unos 400 millones.
Parte de esos números le sirven para justificar la construcción de las plantas a carbón, tomando en cuenta que en un espacio de tiempo el país dedicaba un poquito menos por año de lo que costará la construcción de las terminales eléctricas, que tendrían una vida útil de 40 años. “Esto lo estamos preparando para el presente y el futuro: un parque diversificado significa movernos al combustible que más nos permita mantener precios asequibles y una calidad en el servicio”, dice el presidente de la CDEEE.
((Evaluación
Dilación en proceso de construcción
El presidente de la CDEEE asegura que personas se han dedicado a dilatar el proceso de establecimiento de las plantas a carbón. Los primeros planes de las terminales datan desde 1980, asegura, y ha sido hasta hoy que han logrado comenzar la instalación.
“Hace más de 30 años que el país necesitaba de este proyecto. Algunos han visto en esta la oportunidad de hacer política, y eso no debe ser. Lo han tomado como proselitismo pero no debería ser con un proyecto de país”, señaló.
Algo parecido ha sucedido con el Pacto Eléctrico, dice el presidente de la CDEEE. En esa mesa de conversaciones, eminentemente técnica, asegura que se han sentado personas que no tienen idea de las cosas que se están tratando. “Hay personas que nos piden documentos que no tienen nada que ver con lo discutido”, se quejó.
El vicepresidente de la CDEEE reconoció que la dilación del financiamiento les ha lastimado mucho, aunque los trabajos se mantienen para la misma fecha de conclusión. El número de personas que ha ido trabajando es la mejor muestra de lo que dice: los trabajos comenzaron con más de 3,000 personas y por la falta de financiamiento quedó en 900.
Ahora que cuentan con una mayor inyección de recursos han elevado su nómina hasta 1,500.
El pasado mes el Estado aportó 100 millones de dólares y este mes en corriente la misma suma. “Mientras más pueda aportar el Estado ahora es mejor, porque sería menos impuestos a pagar en el futuro”, dice Jiménez Bichara.
El presidente de la CDEEE defendió, además, el proceso de selección de la empresa que desarrolla la construcción. “Todo lo que se escucha es al margen del proceso de licitación. No tuvimos una sola impugnación formal en el proceso de selección”, dice Jiménez Bichara, sobre las quejas que han surgido alrededor de las plantas a carbón mineral en Punta Catalina, en la provincia Peravia.
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