Las actividades comerciales en la frontera de República Dominicana con Haití están caracterizadas por la informalidad. Tanto así que el valor total de este tipo de comercio supera al monto alcanzando por el mercado formal (si se excluyen las zonas francas).
Así lo precisó el investigador Juan del Rosario, quien presentó un informe sobre las características del comercio informal entre ambos países, durante un seminario organizado por el Observatorio Binacional sobre Medio Ambiente, Migración, Educación y Comercio (Obmec), que tuvo lugar en Pétion Ville.
Del Rosario estimó que anualmente el comercio informal en la parte norte de la frontera (Dajabón?Juana Méndez) es de US$159 millones versus los US$251.54 millones del comercio formal. Sin embargo, si se elimina de la ecuación los aportes de las zonas francas al comercio formal, el monto se reduce a US$64.58 millones.
El especialista indicó que el comercio informal puede ser definido como productos que no son registrados dentro de las estadísticas oficiales de los servicios aduanales de cada uno de los países.
Características
“En los mercados fronterizos estudiados existe un número significativo de transacciones informales que se verifican dentro y fuera de los días de mercados, las cuales implican todo tipo de mercancías pero preponderantemente aquellas de origen agropecuario e industrial como los textiles”, expresó el investigador.
Pero, por qué se da un volumen tan grande de comercio informal en la zona fronteriza. Ante esa interrogante, Del Rosario concluyó en su investigación que los actores que realizan operaciones en la frontera compradores y vendedores haitianos y dominicanos establecen que pagan muchos impuestos en sus transacciones informales a diferentes agentes con lo cual evitan someterse a los procedimientos aduaneros formales existentes en uno y otro lado de la frontera. Sin embargo, reconocen que estos “pagos” son elevados y se realizan de manera discrecional a miembros de entidades militares y civiles que controlan los pasos fronterizos en ambos lados.
Finalmente, el investigador recomienda que tanto el Gobierno de República Dominicana como el de Haití deben mantener una política de información efectiva sobre los impuestos que se cobran en frontera, como forma de contribuir a transparentar el cobro a estas mercancías que ingresan en uno y otro lado de la frontera como forma de estimular la formalidad. Se deben aprovechar que los vendedores de ambos lados están más o menos organizados y fomentar canales escritos o por otros medios prácticos de comunicación e información, que se adapten a las características de los actores, concluyó.
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¿QUÉ SE COMERCIALIZA EN LA FRONTERA?
Durante el trabajo de observación y entrevistas que realizó el investigador Juan del Rosario junto a Wagner Gomera, se identificaron alrededor de 31 puntos de ventas de productos informales que se extienden por las provincias fronterizas. Donde se destaca la entrada desde Haití a territorio dominicano los vestidos y textiles y desde el país a Haití el trigo, distintos tipos de salsas, cemento y agua potable.
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