República Dominicana forma parte de una muestra de 17 países de América Latina con alto nivel de incumplimiento del salario mínimo, tanto en el aspecto económico como en inspecciones, lo cual se verifica en el hecho de que el monto pagado en el país en 2011 figura por debajo del promedio regional, al igual que en otras naciones.
El estudio, a cargo del economista argentino Andrés Marinakis, revela que en República Dominicana, en el año 2011, el salario mínimo promediaba US$148, mientras que en la región era de US$262.6 a precios corrientes en dólares, tomando en cuenta la paridad (equivalencia) del poder de compra.
La muestra realizada a los 17 países, entre los que figuran Costa Rica, Chile, Perú, Boliva, Brasil, Colombia, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, México, Panamá, Uruguay, Venezuela y Honduras, analiza los niveles salariales de los sectores público y privado y el trabajo doméstico y de manera específica estudios de casos de Chile, Perú, Uruguay y Costa Rica.
Entre el 2000 y 2011, en la región en general hubo un aumento en la mejoría del salario, debido a que el promedio salarial mímino pasó de US$123.3 a US$262.6.
El informe señala que la política de salario mínimo debería ser tratada como una política de largo plazo, con ajustes regulares y anuales, de forma que facilite al trabajador poder cubrir sus necesidades básicas y la de su familia, tal como establece el Convenio 131 sobre fijación de salarios mínimos, de la OIT.
En el estudio se explica que desde hace aproximadamente cinco años la Oficina de Países de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para el Cono Sur de América Latina y la Oficina Regional de la Organización de Naciones Unidas para la la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe desarrollan estudios y diálogos sobre el mercado laboral rural, a fin de promover el trabajo decente, fortalecer la seguridad alimentaria y reducir la pobreza rural.
El proyecto de investigación, a cargo de Andrés Marinakis, especialista de la Oficina Subregional de la OIT para el Cono Sur de América Latina, concluye que en la región “se requiere de una institucionalidad efectiva (con inspección, multas y sanciones y diligencia en su aplicación) para mejorar los niveles de cumplimiento con el salario mínimo, incluso en un país como los Estados Unidos, donde este se encuentra en un nivel relativamente bajo”.
Asimismo, se presenta un cuadro estadístico que va más allá del estudio de caso presentado en cuatro países, mediante el cual se observa que en México el salario mínimo equivale al 15% de su producto interno bruto per cápita (por persona), en dólares, despuése de haber estado en un 21% en el año 2000.
Igual comportamiento se observa en gran parte de los países analizados, incluyendo a República Dominicana, donde en el año 2000 la relación del salario mínimo versus el PIB per cápita calculado a precios en dólares corrientes fue de 0.47%, y en el 2011 de 0.33%.
Solo Guatemala, Paraguay y Honduras mostraron una escala salarial mínima por encima del PIB per cápita de 1.04, 1.17% y 1.65.
Los investigadores precisan que se analizaron salarios mínimos líquidos, es decir, aquellos en los que han sido descontadas las cotizaciones obligatorias de la seguridad social a cargo de los trabajadores.
El alto nivel de incumplimiento
Los investigadores del estudio “Incumplimiento con el salario mínimo en América Latina: El peso de los factores económicos e institucionales”, a cargo del economista argentino Andrés Marinakis, también citan a investigaciones anteriores de la FAO, la OIT y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), sobre mercado de trabajo y pobreza rural, y que habían advertido incumplimientos en el caso rural.
También explican que la muestra excluye a los trabajadores por cuenta propia, empleadores y trabajadores familiares no remunerados.
Indican que en los países en desarrollo el salario promedio se encuentra lejos de la mediana salarial, lo cual es una “clara indicción de que la distribución de los salarios está muy concentrada en los segmentos de salarios bajos”.
Otra de la precisiones de los analistas se basa en el hecho de que en algunos casos las mediciones no son estrcitamente comparables y pueden existir diferencias metodológicas, dado que hay países con salarios mínimos múltiples. En el caso de Costa Rica se usó el salario mínimo para trabajadores no calificados, en El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá y RD, se usó el salario mínimo de la industria en el sector urbano; y de la Agricultura, el rural.
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