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Energía y minería en la frontera

El Ministerio de Energía y Minas constituyó el Foro Frontera de Energía y Minas, en un significativo acto, en muchos sentidos. El Foro Frontera no es un evento episódico: aspiramos a que sea un programa permanente del Ministerio de Energía y Minas en el que todos los años se realicen por lo menos tres encuentros con la participación activa de instituciones y representativos de los sectores público, privado, social, y organizaciones internacionales de cooperación.

El objetivo de estos encuentros es el análisis de las políticas públicas y de los proyectos que se formulen y ejecuten en materia de energía y minería en la zona fronteriza. Y la justificación de que los mismos se aborden como un programa específico, deriva del mandato constitucional que dispone que la frontera sea beneficiada con políticas especiales y diferenciadas.

Con el Foro Frontera el Ministerio de Energía y Minas asume el compromiso de promover la frontera como un espacio formidable para incrementar la riqueza y la seguridad de la nación; como una zona estratégica de la República que es y debe ser de interés de todos los dominicanos, aún habiten lejos de la misma. Pero sobre todo, el Ministerio de Energía y Minas está comprometido con la posición de asumir la frontera como una parte relevante de la tierra dominicana que debe ofrecer oportunidades de una vida mejor, de buenos negocios lícitos, no solo a los que en ella nacieron y permanecen desarrollando su existencia, sino también a los que de ella salieron y quisieran volver; así como a millones de compatriotas que hoy viven en condiciones de marginalidad y pobreza en las periferias de las grandes ciudades.

Puede decirse que en la zona fronteriza y sus comunidades se ha verificado con más fuerza que en otras zonas del país el fenómeno de exclusión social que marca la sociedad dominicana de muchas maneras, y frente al cual el gobierno del presidente Medina ha declarado como prioridad de las políticas públicas su superación.

Lamentablemente, la zona fronteriza ha sido en los últimos decenios excluida de las políticas públicas, y esa desatención contribuye a debilitar el proyecto nacional dominicano.

Que nadie lo dude, si no se revierten con fuerza y determinación esas tendencias, terminaran planteándose problemas muy serios con gran potencial de afectar la paz y la estabilidad de la isla y la región del caribe. 

Es natural que muchos actores de la vida nacional pongan un énfasis especial en la protección y defensa de la frontera, abogando por un fortalecimiento de los controles de carácter militar o físicos, como lo expresara el reciente movimiento a favor de la creación de un muro con cinco pasos fronterizos.

Seguridad
Pero tenemos que estar conscientes que ningún enfoque de seguridad -cualquiera sea su índole- podría dar resultados positivos si no va de la mano con un enfoque de desarrollo e inversión, cuyo liderazgo debe ser asumido con prioridad por el estado y sus instituciones. Este no solo está obligado por un mandato de la Constitución y la ley de Estrategia Nacional de Desarrollo, sino que es el único que puede planificar y realizar las inversiones estratégicas de largo plazo, en infraestructuras que integren espacialmente la región fronteriza, la vinculen más fuertemente a las dinámicas de la nación, y faciliten los flujos de inversión privada, nacional y extranjera. 

Más aún, la solución de problemas muy complejos que tienen que ver con los balances energéticos y ambientales de la isla, clave para preservar la coexistencia de las dos naciones históricas que la habitan, debe ser asumida por los Estados con el fuerte concurso de la Comunidad Internacional.

Afortunadamente, la zona fronteriza tiene las mejores condiciones objetivas para ser un fuerte generador de grandes riquezas y buenas oportunidades para las personas y empresas a partir de sus recursos renovables y no renovables, su sorprendente potencial de energía, y su interesante minería metálica y no metálica, que apenas se ha desarrollado.

En la frontera se encuentra el mejor régimen eólico, el mejor régimen de irradiación solar, y el mayor potencial de desarrollo de energía a partir de biomasa, de agroenergía. También es muy probable que se encuentre el mejor régimen de energía marinas, cosa que determinarán los estudios que esperamos realizar el año entrante; pero también, en la frontera se encuentra la cuenca más grande de la isla, así como buena parte del potencial de energía hidroeléctrica que falta por desarrollar.

Ustedes podrán apreciar con las intervenciones de los distinguidos expositores, que en la minería metálica y no metálica existe un potencial relevante cuya explotación puede beneficiar al país y a las comunidades fronterizas dentro del paradigma de triple ganancia que estamos promoviendo: que ganen las empresas, que gane el estado y que ganen las comunidades y sus gentes.

Puerto de Manzanillo
El Ministerio de Energía y Minas apoya y asume con firmeza la creación de un polo de desarrollo alrededor del Puerto de Manzanillo, con fuerte vocación a ser estructura importante en el comercio internacional, uno de cuyos componentes es la creación de una zona de generación energética. 

El Ministerio de Energía y Minas apoya firmemente los proyectos que se puedan desarrollar junto a otras instituciones para el aprovechamiento de las cuencas hidrográficas en la zona fronteriza, y junto a las instituciones que ya trabajan en ese ámbito, pretendemos involucrar tanto al programa Cultivando Agua Buena de Itaipu Binacional así como a Enreca (Organización de Cooperativas Eléctricas de EEUU). 

Asimismo, ha asumido la tarea de generar opciones alternativas a la leña y al carbón vegetal, cuya alta demanda en zonas marginales nuestras y en la vecina República de Haití, constituyen el más serio desafío energético ambiental de la isla.

Entiende que el mayor incentivo que el sector público puede y debe brindar a la inversión privada en la frontera debe ser el suministro de energía eléctrica de calidad y a precios atractivos. En la actualidad en toda la región fronteriza la demanda de energía no supera los 40 megavatios y esta herramienta puede ser un mecanismo más transparente y efectivo que el actual esquema de exención que se ha revelado insuficiente para los objetivos declarados de promover el desarrollo fronterizo.

Al concluir este artículo, queremos compartir unas reflexiones  fruto de nuestra experiencia de haber sido el único legislador que no era de la frontera que durante 20 años fue miembro de la Comisión de Fronteras de la Cámara de Diputados: las causas de la frontera son las causas de la República, son las causas de la dominicanidad, lo que suceda en la frontera, para bien o para mal, nos afecta a todos directa o indirectamente, sin excepción. 

La frontera nos pertenece a todos los dominicanos, y por tanto, todos somos responsables de que la misma sea preservada, potenciada e integrada plenamente al Proyecto Nacional Dominicano, a través de una dinámica constructiva de afirmación y diferenciación, que tenga capacidad de proyectarse positivamente hacia el resto de la República tanto como la vecina República de Haití.